Foto: AFP/Getty Images
Quiero...
En el silencio de la noche
miro una flor triste
y la melancolía me lleva
a lugares desdichados.
Veo niños pensativos
con pálidas mejillas,
tienen la piel agrietada,
la mente sin sueños.
El dolor de los ancianos
gotea en mis lágrimas,
sus manos temblorosas
toman las mías.
Las ilusiones se pierden
entre enormes suspiros,
las fantasías descienden
por ásperos caminos.
La opresión en mi pecho
sacude mi alma,
las tempestades de la vida
golpean mi corazón.
Quiero ver una flor alegre
y regresar a un mundo
sin pobreza ni violencia,
con amor y paz.
María Griselda García Cuerva
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Me adhiero a tus deseos, me gustaría ver un mundo sin pobreza ni violencia, con amor y paz. Me gustó tu poema.
ResponderEliminarUn beso.
María
Yo también quiero ver un mundo así, María. Muy buen poema.
ResponderEliminarSoledad
Muchas gracias por vuestros comentarios, María y Soledad.
ResponderEliminarSaludos para ambas.
Griselda
Ojalá se cumplan tus deseos, María. Pueda ser que algún día se terminen las guerras, la violencia y la pobreza, y todos vivamos en paz.
ResponderEliminarLeo
Te agradezco la visita y tus palabras, Leo.
ResponderEliminarGriselda
Griselda: Los niños y los abuelos son mi permanente preocupaciòn. Esas làgrimas sin ròtulos que encontramos e mi vereda y en la tuya, los reclamos que no se escuchan, las soledades sin lìmites, las presencias malgastadas, etc.etc. ¡Me encantò tu poema!
ResponderEliminarSigamos escribiendo que seguramente prenderemos una semillita en este mundo, porque se puede amiga.
se puede.
¡Gracias por compartir tu espacio!
Desde mi lindo sur argentino un abrazote sureño.
ester faride matar
Muchas gracias por tus palabras, Ester. Seguiremos escribiendo y pueda ser que algún día las cosas cambien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Griselda