Foto: AP PHOTO
Aquella vieja casa
En aquella vieja casa
mis pupilas se encendían
cuando brotaba el amor
con aroma de primavera.
En mis visitas diarias
las historias secretas
con sabor a miel
endulzaban mi alma.
Las tardes de mi infancia
siempre eran celestes
en ese gran patio
con canteros de ternura.
En la cálida cocina
los bizcochos me tentaban
desde un plato de porcelana
sobre la mesa gastada.
Dos fantásticas personas
me mostraban su mundo
que derramaba simpleza
y derrochaba entusiasmo.
En esas tibias paredes
colmadas de sueños
mis vecinos me regalaban
la alegría de la vida.
María Griselda García Cuerva
Muy lindo el recuerdo de tus vecinos, Griselda; un hermoso homenaje a ellos.
ResponderEliminarUn beso.
Graciela
Con lindas palabras has expresado tu cariño hacia esos queridos vecinos, María.
ResponderEliminarMe gustó tu blog, prometo volver.
Diana
Muchas gracias por la visita y los comentarios, Graciela y Diana.
ResponderEliminarEn aquella vieja casa mis pupilas se encendían cuando brotaba el amor con aroma de primavera. ¡Qué bonito!
ResponderEliminarUn beso.
María Inés
Lo leo y viene a mi mente la casa de mis abuelos. ¡Qué lindos recuerdos!
ResponderEliminarMe gustó el poema.
Paula
Les agradezco los comentarios, María Inés y Paula.
ResponderEliminarCariños
Me gustó mucho este poema, muy lindos recuerdos de tus queridos vecinos.
ResponderEliminarUn beso grande.
Sonia
Muchas gracias, Sonia.
ResponderEliminarUn beso
En aquella vieja casa
ResponderEliminarmis pupilas se encendían
cuando brotaba el amor
con aroma de primavera.
Me pareció muy bello, María; hermosos recuerdos en los versos de este poema.
Juan Manuel
Te agradezco tus palabras, Juan Manuel.
ResponderEliminarGriselda
Me alegro de leer estas palabras con la candidez que de veras dejan los recuerdos de una casa. Muy bello, Un abrazo enorme. Merc
ResponderEliminarGracias por tu visita y tus comentarios, Mercedes.
ResponderEliminarBesos.
Muy bellos recuerdos en estos versos, Griselda.
ResponderEliminarUn beso.
Emilia
Muchas gracias, Emilia.
ResponderEliminarBesos
Leyendo este poema vienen a mi mente muchos recuerdos maravillosos de mi niñez, María.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Daniela
Conmovedor poema, querida Griselda, me agrada la imagen que elegiste.
ResponderEliminarUn cariño
Analía
Muchas gracias por tus palabras, Analía.
ResponderEliminarUn beso
Griselda ¡se me borró todo lo que te había escrito! Resumo: me encantaron todos tus textos.
ResponderEliminarY las foto... todas hermosas.
Qué bueno eso de que leyeron en ¿Australia? un poema con Piazzolla de fondo.
¡Avanti!
alondra
www.alondraylaluna.blogspot.com
Muchas gracias por tus comentarios, Alondra.
ResponderEliminarSaludos
Hola, cuánta calidez en este sitio! Eres una buena anfitriona, estimada tocaya. La remembranza de tu poema destila un enorme amor a la vida. Un gusto haber llegado hasta tu blog! Abrazos, desde Paraná, Entre Ríos, Argentina.
ResponderEliminarMuchas gracias, Griselda.Para mí también fue un gusto haber encontrado tu blog.
ResponderEliminarCariños desde Dolores, Bs.As, Argentina.
Hola Gri! Acá tu prima Lili dice que en esos canteros jugaban a que le pedían tesoros a las reinas y princesas. Y que cada vez que te lee la hhacés llorar porque a ella también se le vienen todos los recuerdos bellos de esa infancia compartiida. Desde Maipú otro aporte a los recuerdos y un beso muy grande de Liliana, Roberto y Flor.
ResponderEliminar¡Qué alegría encontrar este comentario! Es verdad,qué buenos momentos pasábamos allí, escribíamos en pequeños papelitos, los escondíamos entre la enredadera y luego esperábamos la respuesta de las reinas y princesas.Sigamos siendo niñas y nunca perdamos aquellas utopías, ¡es tan lindo soñar!Me encanta rememorar nuestra infancia, Liliana, fuimos muy felices.
ResponderEliminarBesos para todos.